
La vigorexia es una patología descrita desde hace varias décadas y que hace responde a personas con una adicción de “culto al cuerpo” que habitualmente focalizan en una musculación fornida que no tiene límite, ya que nunca se ven lo suficientemente musculosos.
La vigorexia, a pesar de la clara adicción subyacente, psicopatológicamente se encuadra dentro de un grupo de trastornos denominados dismorfias corporales, que consiste en el sufrimiento que padecen todas aquellas personas que no se sienten a gusto con su propio cuerpo y se obsesionan con la imagen.
La sintomatología de la vigorexia gira en torno a la obsesión de conseguir un cuerpo perfecto estando el canon de belleza y de éxito en alcanzar el mayor músculo posible.
Este tipo de pacientes se pesan varias veces al día, pasan prolongadas jornadas (varias horas al día) en el gimnasio y experimentan el síndrome de abstinencia cuando no pueden practicar deporte. En este sentido también hay que incidir en el sentimiento de culpa que padecen cuando no pueden acudir un día al gimnasio. Los hábitos de alimentación también se deterioran en la medida en la que siguen dietas con el único propósito de generar más y más músculo. Para ello basan la dieta en una ingesta masiva de proteínas e hidratos de carbono y total ausencia de grasas.
En este sentido, para conseguir más rápido su objetivo, los pacientes en muchas ocasiones acaban haciendo uso de suplementos proteicos con componentes quemadores de grasas y/o abusando de sustancias, como esteroides anabolizantes para lograr de manera rápida un mayor desarrollo muscular. El abuso de estas sustancias conlleva problemas graves de salud como disfunciones eréctiles, disminución del tamaño de los testículos, una mayor propensión a padecer cáncer de próstata, etc. Son también previsibles la aparición de problemas psicológicos importantes, desde el deterioro y empobrecimiento de las relaciones personales, hasta una irritabilidad emocional que facilita las respuestas agresivas.
No obstante, hay que señalar que las complicaciones del uso de anabolizantes pueden ser tan graves que en ocasiones llegan a producir la muerte del paciente.
El perfil del vigoréxico a nivel psicológico se caracterizaría por ser el de una persona poco madura, introvertida, con problemas de integración y seguridad, y con baja autoestima. Asimismo, son personas exigentes consigo mismas, perfeccionistas, y extremistas.
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