La relación de pareja constituye probablemente el escenario en el que los celos se observan con mayor frecuencia. No obstante, los celos pueden también estar presentes en otro tipo de relaciones: amistad, fraternal,…
Los celos en pareja confieren un sentimiento de malestar causado por la certeza, la sospecha o el temor de que la persona querida, a quien se desea en exclusiva, vuelque su afecto en una tercera persona. Celo significa cuidado, interés y esmero que alguien pone en cumplir una tarea o en cuidar a la persona que se quiere. Sin embargo, los celos pueden producir un gran deterioro en la relación de pareja e incluso pueden desembocar en la violencia por lo que suponen un gran problema en muchas relaciones de pareja.
Los celos pueden surgir en cualquier momento de una relación amorosa: durante la fase pasional del enamoramiento, en la etapa de estabilidad, durante periodos de infidelidad, e incluso en la fase de ruptura final.
Los celos se vuelven anormales cuando son intensos (“ataques de celos”), constantes y también cuando se traspasa el límite que permite manejarlos y resolverlos, entonces se convierten en patológicos.
En los celos patológicos hay tres componentes principales que los diferencian de aquellos que son más normales en las relaciones de pareja. En primer lugar, la ausencia de una causa real desencadenante. En este sentido los celos estarían infundados ya que los datos no estarían acordes a la realidad de la pareja. En segundo lugar, muy relacionado con lo anterior, encontraríamos la extraña naturaleza de las sospechas, lo cual reflejaría las incongruencias de muchas situaciones experimentadas por la pareja afectada por los celos patológicos de uno de los miembros. En tercer lugar, la reacción irracional de la persona afectada, que frecuentemente va acompañada de una pérdida de control por parte de la persona celosa. Además, de estas características hay otras que confieren un carácter patológico a los celos como son la intensidad desproporcionada de los mismos, el sufrimiento experimentado por la persona y el grado de interferencia grave en la vida cotidiana. Los celos patológicos a menudo conllevan la implicación de conductas de comprobación (llamadas telefónicas, interrogatorios, revisión de cartas y objetos personales, etc…) que tienen por objetivo reducir el malestar que uno siente.
Cuando detectamos estas particularidades en los celos es conveniente solicitar ayuda a un profesional de la salud mental. En estos casos podemos acudir a un psicólogo que sea especialista en problemas de pareja, ya que los celos pueden ser muy destructivos para la relación y para uno mismo.
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