Desde que se aprobó la ley del divorcio en 1981 son muchas las demandas que llegan al juzgado. Las estadísticas cuantifican que siete de cada diez parejas acaban en divorcio. Es por ello que muchos padres se encuentran con este interrogante: ¿Cómo le decimos a nuestro hijo que nos separamos?
En primer lugar los padres deben tener claro que la familia no se rompe sino que se transforma y ello requiere nuevas formas de adaptación para todos sus miembros.
A pesar de que muchas veces es tremendamente difícil separar las heridas emocionales (propias de la ruptura de pareja) de la parentalidad, es un aspecto que resulta esencial si queremos preservar el bienestar de los hijos.
Lo primero que se debe tener claro es que para contarle a los niños que sus padres se van a separar la decisión debe estar tomada por ambos cónyuges y debe resultar definitiva. Nunca hay que anticiparles que papá y mamá están pensando en la separación. Siempre será preferible que la noticia la den ambos padres juntos, y cuando esto no sea posible que al menos ambos progenitores se hayan puesto de acuerdo en dar la misma versión. Resulta de especial relevancia no culpar a ninguno de los progenitores e incidir en que es una decisión conjunta. También conviene legitimar que va a ser difícil para todos el cambio, pero que los niños podrán seguir viendo a papá y a mamá aunque a partir de ese momento vayan a vivir en casas distintas.
Jamás hay que mentir a los hijos con respecto a la separación, a veces con el fin de protegerles no se les cuenta la verdad y se les acaba haciendo más daño. Conviene contarlo de un modo claro y sencillo, aunque sin entrar en detalles.
Lo normal es que los hijos sientan miedo ante la noticia por lo que es muy importante que los padres trasmitan mensajes de seguridad y sosiego. El mantener las rutinas de los niños también ayuda a conseguir mayor tranquilidad en los niños.
A menudo con una sola conversación no se consigue responder a todas las preguntas que los niños hacen a sus padres. Incluso a veces preguntan las mismas cosas una y otra vez. Paciencia, ya que hay que responder todas las veces que sean necesarias.
La edad de los hijos es un factor determinante que condiciona cómo comunicar la separación conyugal. A mayor edad los hijos se harán más preguntas y probablemente hayan captado información por ellos mismos en la familia que les haga anticipar la separación.
Cuando los niños son pequeños a menudo relacionan la separación de sus padres con discusiones con ellos y con su mal comportamiento sintiéndose los culpables del divorcio.
Los niños tienen mucha dificultad para poder expresar sus sentimientos a través del lenguaje comunicando más fácilmente su malestar a través de conductas. A menudo es frecuente la aparición de comportamientos regresivos como hacerse pis, dejar de comer solos, hablar como un bebé,… que se traducen en demandas de afecto del niño hacia sus padres.
A veces también aparecen comportamientos más agresivos, rebeldía,…más propios del ciclo vital del adolescente. Cuando esto sucede conviene consultar a un psicólogo.
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