La Mediación familiar consiste en una estrategia para resolver las dificultades y conflictos por los que atraviesa una familia, y que requieren de soluciones urgentes de forma negociada.
Tener conflictos es habitual en las familias, ya que pasan por diferentes etapas evolutivas o pueden presentar una serie de crisis que las desestabilizan, como puede ser una ruptura de pareja, un fallecimiento de un padre o madre, una disputa entre hermanos por una herencia, etc.
En lo que principalmente difiere la mediación familiar de la vía judicial es que en la primera no hay una tercera persona que decide sobre vidas ajenas, como es un juez, ni abogados que hacen de intermediarios cobrando por ello, ni meses que pasan sin avanzar, ni un gran coste económico y afectivo para las partes.
La mediación familiar consiste en que todas las personas adultas involucradas en la disputa son acompañadas por un mediador neutral que favorece que se dé la comunicación, el respeto y la confidencialidad sobre los puntos concretos que han generado el conflicto, llegando a acuerdos beneficiosos que tengan en cuenta las necesidades de todas las personas involucradas sin tener por ello que hablar de la relación en sí, sino de los intereses y necesidades de cada persona respecto al punto a tratar. Cada una de las claúsulas del acuerdo las toman los adultos de forma consensuada, siendo ellos los responsables de las mismas.
La mediación familiar es más corta, económica y mentalmente más sana que la vía judicial ya que se concentra en un periodo aproximado de unos dos meses, con una frecuencia de asistencia semanal y una duración por sesión de hora y media.
Desde Akana psicología abordamos en mediación las siguientes situaciones familiares:
- Acuerdos de cara a la convivencia. Dentro de la pareja, entre hijos y padres, hermanos, con los abuelos, etc.
- Acuerdos tras una ruptura de pareja; con quién viven los hijos, reparto de bienes, distribución de vacaciones, etc.
- Acuerdos parentales si los progenitores ya se han separado y se quieren revisar diferentes cuestiones.
- Acuerdos de los progenitores con los abuelos para que éstos vean a los nietos.
- Problemas entre los hermanos para cuidar a los progenitores, por personas enfermas a su cargo, reparto de propiedades, herencias, etc.