No debemos confundir la terapia de grupo con un grupo de apoyo, ya que la terapia está enfocada a lograr cambios significativos en la personalidad y a procurar formas de relación más sanas, mientras que el grupo de apoyo se centra más en la ayuda mutua a través del alivio de los síntomas que en un cambio profundo.
Así pues, podemos decir que la terapia de grupo es una modalidad de terapia en las que varias personas, guiadas siempre por un terapeuta profesional, se reúnen para fomentar cambios terapéuticos.
Los beneficios de la terapia grupal superan muchas veces los obtenidos en la terapia individual, al estar aquella enmarcada en un ambiente social que propicia un sentimiento de pertenencia, de igualdad entre sus miembros, en el que se puede aprender de las aportaciones de los demás e incluso ponerlas en práctica dentro del grupo antes de hacerlo en el mundo real.
No obstante, es muy positivo que las sesiones de trabajo grupal se complementen con algunas sesiones de terapia individual.
La terapia grupal ha demostrado ser útil en una gran cantidad de trastornos como ansiedad, depresión, dificultades de relación, duelo, dependencia emocional y traumas, entre otros.
En Akana, antes de crear un grupo se realizan entrevistas personales para decidir la conveniencia o no de este tipo de terapia, para definir la problemática de cada miembro y así confeccionar, de la mejor manera posible, la composición del grupo. A veces se decide realizar un grupo de duración limitada (grupo cerrado) mientras que otras veces se opta por grupos que permanecen abiertos a lo largo del tiempo en los que se pueden ir incorporando nuevos miembros. En cualquier caso, se guardan siempre las siguientes normas:
* Lo que se cuenta en el grupo no se puede contar fuera de él.
* No se interrumpe a los demás.
* No se enjuicia.
En esta terapia, las personas comparten libremente sus problemas y preocupaciones, sus sentimientos, pensamientos, etc., pero, además, trabajan en la resolución de sus propias dificultades y bloqueos.
